El mentoring entendido como “dar consejos” es una actividad milenaria que sin ese nombre hemos practicado, y muchas veces soportado, los seres humanos desde que nos comunicamos. Parece irremediable evitar recibir “un buen consejo” de cualquiera de nuestros interlocutores cuando comentamos nuestras preocupaciones. Pero el mentoring profesional no es solo dar buenos consejos.
XAVIER CASARES. Presidente de la Asociación Española de Mentoring Coaching de la Economía Social (Amces).
Actualmente el mentoring, emergente hace apenas unas décadas en las mejores escuelas de negocios estadounidenses, es una actividad consolidada y de perfil propio, diferente del coaching o de la consultoría. El mentoring es un ejercicio de acompañamiento comprometido y de guía a otras personas hacia su camino de éxito personal o profesional, especialmente con el foco puesto en el medio y largo plazo. Es aplicable en todos los ámbitos de la vida y de ahí sus especialidades, tanto en el ámbito vital (toma de decisiones personales, conflictos familiares, vida académica, relaciones, motivación, etc.) como profesional (sucesión de la empresa, relevo generacional, gestión de equipos y, sobre todo, emprendimiento).
Si huimos del mentoring “voluntarista”, seguramente siempre motivado por la buena voluntad de ayudar a otras personas, la actividad profesional de mentoría requiere de competencias, especialmente en cuanto a experiencia, ortodoxia y proceso.
¿QUIÉN PUEDE SER MENTOR?
Para ejercer el mentoring se requiere, en primer lugar, experiencia en el campo objeto de la mentoría. La actividad del mentoring consiste en dar buenos consejos, no lecciones académicas, pero consejos basados en vivencias reales de situaciones similares vividas por el mentor de las que se pueden sacar conclusiones. La experiencia del mentor, imprescindible y en el campo adecuado, es la base a la que hay que sumar el resto de requisitos para ejercer como tal.
En paralelo a la experiencia, y en el mismo nivel de importancia, el mentor debe contar con unas habilidades personales, que ahora se llaman soft skills, como empatía, saber escuchar, comunicar y negociar, capacidad de compromiso, objetividad, etc. Y por supuesto, hay que contar con un conjunto de competencias técnicas, de base académica, en relación con el campo del que trate la mentoría.
El mentoring es un ejercicio de acompañamiento comprometido y de guía a otras personas hacia su camino de éxito personal o profesional, especialmente con el foco puesto en el medio y largo plazo
ORTODOXIA
Aunque no existe un método ortodoxo universalmente reconocido actualmente, ya tenemos algunas buenas referencias internacionales plasmadas como código ético de las principales asociaciones europeas y norteamericanas de mentoring.
Por ortodoxia del ejercicio del mentoring me refiero a la aplicación de estándares de conducta basados en valores humanos y principios éticos fundamentales. En este punto recomiendo una lectura del código de conducta de la Asociación Española de Mentoring y Coaching (Amces), inspirado en el código ético del European Mentoring & Coaching Council (EMCC), en el que se detallan aspectos fundamentales acerca de los principios de independencia, transparencia, conducta en la relación, etc.
PROCESO Y PACTO
Un ejercicio de mentoría a emprendedores debe ser un proceso pactado, convenido, calendarizado y escrito entre las partes, nada que ver con reuniones puntuales sin tener claro de qué se va a hablar en la próxima.
Un proceso óptimo de mentoría debe seguir una serie de fases ineludibles, como son la toma de conocimiento del proyecto, la evaluación compartida de la situación, el establecimiento de objetivos, el alcance y el calendario de la actuación, la revisión y la corrección, y la evaluación final de resultados. Cada una de esas fases contará con un determinado número de reuniones, en función del alcance de los objetivos propuestos por ambas partes.
Finalmente, hay que recomendar encarecidamente que los emprendedores reúnan alrededor de sus proyectos a uno o varios mentores que los acompañen. Seguro que van a contribuir a aumentar sus posibilidades de éxito.