Bajo el título Una recuperación más firme, el FMI publicó a finales de julio su actualización de las Perspectivas económicas mundiales. Los datos agregados a nivel global se mantienen sustancialmente similares –con un crecimiento del 3,5% en 2017 y del 3,6% en 2018–, pero con matices interesantes: de mejora de expectativas, en algunos casos, y de moderación, en otros.
Joan Tugores Ques. Catedrático de Economía de la UB.
La tabla adjunta resume los principales datos y proyecciones del informe. Cabe indicar que el diferencial entre economías emergentes y avanzadas, que se había reducido a solo 2,2 puntos en 2015, vuelve a estar en alza, con unas diferencias estimadas de 2,6 puntos en 2017 i 2,9 en 2018.
Una razón que lo explicaría es que las previsiones para China muestran una ralentización significativamente más suave de lo estimado hasta ahora, aunque los riesgos crediticios y financieros para el gigante asiático siguen presentes. La continuidad de la fortaleza de la India y de los países agrupados bajo la sigla ASEAN-5 (Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia y Vietnam) sitúa el crecimiento previsto para Asia emergente en un 6,5% tanto para 2017 como para 2018. La recuperación de una África subsahariana que recibe cada vez más atención también merece ser destacada.
En cuanto al análisis de las economías avanzadas recogido en el documento, destaca la revisión a la baja de las previsiones para los Estados Unidos, hasta un 2,1% (aunque hay que recordar que la cifra sigue siendo superior a los datos del conjunto de la zona euro). Cabe mencionar que, también en julio, el FMI presentó su informe sobre Estados Unidos con algunas propuestas inusualmente explícitas en materia de migraciones, cobertura sanitaria o apertura comercial, significativamente opuestas a las que propugna la Administración Trump.
En Europa, finalmente, la revisión es ligeramente al alza, usando la expresión de sorpresa en positivo, con mejoras de previsiones lideradas por Italia y España. Pero también, y como es habitual en los documentos del FMI, se incluye un toque de atención hacia las fragilidades y deberes pendientes para consolidar económica y sociopolíticamente los mensajes en positivo de la economía.
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