El caso conocido como LuxLeaks estalló hace dos años cuando el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación denunció que cientos de multinacionales con sede en Luxemburgo se habían beneficiado de acuerdos fiscales avanzados (o tax rulings) para evadir impuestos. A partir de entonces, la Comisión Europea se puso manos a la obra para analizar el uso indebido de estos pactos y averiguar qué gobiernos europeos fijan acuerdos fiscales secretos que permiten a las empresas pagar menos impuestos de lo que les correspondería.
Texto: Esther Herrera
Detrás de los LuxLeaks había empresas como Apple, Amazon, Skype, Disney, Deutsche Bank o Ikea. Todas se beneficiaron de pagar un simbólico 1% en el Gran Ducado. Los tax rulings no se consideran ilegales porque permiten a las multinacionales que se trasladan a un nuevo país saber de forma avanzada cuál será el tratamiento fiscal que se les hará. Ahora bien, la ilegalidad surge cuando el Estado aplica un tratamiento selectivo y da este beneficio a una empresa y no a otra.
El empujón definitivo
Aunque el caso LuxLeaks puso sobre el mapa mediático los tax rulings, las prácticas ilegales a través de estos acuerdos no son nuevas. A mediados de los 90, la Comisión Europea ya había comenzado a denunciarlas. En junio de 2013, la institución liderada por Jose Manuel Barroso se puso manos a la obra y comenzó a investigar. Un año y medio más tarde, el actual presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, tuvo que dar explicaciones sobre los Luxleaks por su papel como primer ministro y titular de Finanzas de Luxemburgo entre 1995 y 2013.
A partir de aquí, la Eurocámara creó una subcomisión de investigación y en los últimos dos años, con la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, a la cabeza, los casos se han ido sucediendo: la última decisión ha sido también histórica. La multinacional tecnológica Apple tendrá que pagar 13.000 millones de euros a Irlanda por evasión de impuestos más intereses. Y es que, a través de un complicado entramado, Apple no sólo se benefició de los tax rulings, sino que creó una empresa que sólo existía sobre el papel.
Aunque el caso LuxLeaks puso los tax rulings sobre el mapa mediático, las prácticas ilegales a través de estos acuerdos no son nuevas y la comisaria europea de Competencia ya ha avisado de que «habrá más casos»
Conductas nada ejemplares
Pero el país que más ha estado en el punto de mira de Bruselas es Luxemburgo. Actualmente, el Ejecutivo comunitario investiga formalmente a Amazon, McDonald’s y GDF Suez (compañía que tiene como principal accionista al estado francés). Pero antes le tocó a Fiat, que tiene que pagar entre 20 y 30 millones de euros (la cifra final no ha trascendido) por evasión de impuestos.
¿Y los casos cerrados? Bélgica comenzó el año 2016 con mal pie, ya que la Comisión Europea obligó al país a recuperar cerca de 700 millones de euros en impuestos que, durante la última década, perdonó a 35 multinacionales extranjeras. Su país vecino, Holanda, también debe recuperar entre 20 y 30 millones de euros, esta vez porque la multinacional del café Starbucks tampoco pagó impuestos gracias a un acuerdo avanzado. Las investigaciones siguen y Vestager ya ha avisado de que «habrá más casos».
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