pascual fernández. Decano del Colegio de Economistas de Madrid.
El crecimiento económico es lo que permite a los ciudadanos disfrutar de un mayor bienestar. No hay una fórmula para hacer que un país pobre se convierta en rico. Pero conocemos que el crecimiento económico depende de tres factores:
1) La acumulación de capital humano y físico y la utilización de las modernas tecnologías, lo que permite el aumento de la eficiencia, la mejor organización y el progreso tecnológico.
2) La aplicación continuada de buenas políticas estructurales y macroeconómicas: la eliminación de las rigideces de los mercados, el control del déficit público o de la inflación, etc.
3) Una buena estructura institucional: la organización de los sectores productivos; derechos civiles y políticos; la calidad del sistema legal (calidad de las normas, rapidez y eficacia de la justicia…); o la eficiencia de los gobiernos y administraciones públicas y de los mecanismos que los controlen. Como señalaba Douglas North (Premio Nobel de Economía en 1993), las buenas instituciones determinan una estructura de incentivos que reducen la incertidumbre y promueven la eficacia, facilitando el crecimiento económico.
Los países ricos son, sin excepción, grandes exportadores. Es obvio que para exportar son necesarias instituciones y, también, infraestructuras (carreteras, puertos…). Pero solo con esto no es suficiente: las empresas tienen que ser competitivas y fabricar bienes y servicios de alto valor añadido para que las exportaciones de un país sean realmente relevantes
Algunos piensan que el crecimiento (que medimos a través del PIB) se puede provocar con altos salarios (para facilitar el consumo) o con beneficios empresariales (para facilitar la inversión). Nada más lejano a la realidad, puesto que estos son los resultados y nunca los determinantes. El crecimiento económico se genera cuando las empresas producen bienes y servicios con valor añadido que, cuando se venden en los mercados, se transforman en rentas salariales y beneficios empresariales. La clave es que el sistema productivo de un país esté diseñado para producir con un alto valor añadido, con elevada productividad y sea competitivo. Eso es lo que clasifica de verdad a los países por su riqueza y bienestar y lo que determina los elevados salarios, que todos deseamos. Entender este concepto es vital o no cumpliremos uno de los factores básicos: las buenas políticas económicas continuadas.