En un entorno empresarial altamente competitivo, los problemas y retos de las organizaciones son cada vez más complejos y a menudo no responden a modelos o patrones conocidos. Por este motivo, hay que evolucionar la lógica aplicada hasta ahora a las empresas incorporando nuevas herramientas y metodologías que faciliten su adaptación a escenarios cambiantes y aumenten su capacidad innovadora.
Maria Santolaria. Head of Innovation del Banc Sabadell.
El Design Thinking es una metodología para fomentar la innovación en las organizaciones. Con herramientas y principios del diseño, este proceso permite resolver problemas con un alto grado de incertidumbre de manera creativa. El objetivo final es acabar diseñando nuevos productos y servicios que resuelvan necesidades reales de las personas, de forma tecnológicamente factible y económicamente viable.
Podemos diferenciar tres fases principales en el proceso:
1. Inspiración: primero hay que empatizar con el contexto y las necesidades de nuestros usuarios o clientes, actuales o potenciales. Es el momento de entender qué pasa, a través de estudios de mercado y tendencias, y por qué pasa, observando los usuarios en su entorno. El objetivo de esta fase es encontrar necesidades latentes de las personas que puedan derivar en potenciales nuevas oportunidades de negocio.
2. Ideación: en esta segunda fase hay que aplicar el pensamiento divergente y generar el máximo de ideas posibles. Es el momento de emplear técnicas de creatividad y de trabajar en equipos multidisciplinares para obtener visiones desde múltiples ángulos. El objetivo de esta fase es crear nuevos conceptos que respondan a las oportunidades detectadas en la fase anterior.
3. Implementación: finalmente hay que pasar de los conceptos a productos o servicios. Es el momento de prototipar (con menor o mayor fidelidad) para comunicar las soluciones generadas a nuestros usuarios o clientes y recibir su feedback. El objetivo de esta fase es iterar el diseño de las soluciones y mejorar el producto final.
Organizaciones de todo tipo, desde multinacionales a ONG, utilizan el Design Thinking para diseñar nuevos productos y servicios. Consultoras de negocio tradicionales han adquirido estudios de diseño e innovación para poder responder a las demandas de sus clientes. Universidades y escuelas de negocio tienen programas específicos de formación en Design Thinking para ejecutivos.